Bullying: Las tensiones en la convivencia escolar

La función de la Dirección de Salud Educativa en la prevención y atención de casos

¿Puede un niño quitarse la vida por el trauma que le generó el hostigamiento padecido en la escuela? El caso reciente de Víctor Feletto, un chico de 12 años que se suicidó en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, confirma la respuesta afirmativa. El acoso escolar o bullying, por su denominación en inglés, no es novedad y ni siquiera registra sensibles incrementos en las cifras de los últimos tiempos. Sí es mayor la difusión y exposición mediática de los casos y sí pueden ocurrir casos de violencia extrema que como trasfondo tendrán siempre contextos familiares complejos y situaciones de alta vulnerabilidad de los niños. Por eso, la formación de los docentes para atender estas “señales previas” y los espacios de diálogo en las aulas son formas elementales en la prevención.


“La convivencia escolar se plantea en este momento complicada porque hay falta de diálogo”, analiza María Gabriela Scheinin, directora de Salud Educativa del Ministerio de Educación de la provincia. Así asegura que no es que haya más violencia sino que la mediatización y la utilización de las redes sociales juegan un rol trascendente a la hora de exponer los casos.

Para la funcionaria es necesario enfocar el trabajo en la apertura de espacios de reflexión y enseñándoles a los chicos a solucionar los conflictos a través del diálogo. “De los 80 minutos de clase, se debiera ceder un tiempo para hablar y generar un espacio de intercambio con los alumnos. Esa es una de las mejores maneras de prevenir”, subraya. Scheinin indica que es entre los 12 y 13 años, en la etapa de preadolescencia, cuando se registran más cantidad de casos. “Están en una etapa de cambio, se burlan entre ellos, forman parte de las tribus urbanas y van armando el proceso que los lleva a definir su personalidad. Pasa entonces muchas veces el acoso al distinto, al diferente”, explica ante NORTE.

En ese sentido agrega: “La burla es lo que más detectamos. El gordo, el flaco, el que usa arito, el diferente. Hay una cuestión de no aceptar al otro, entonces las burlas se generan así”. Por eso remarca que la preadolescencia y la adolescencia son las etapas más conflictivas y es cuando más necesitan el apoyo de la escuela y de la familia.

Así funciona el sistema educativo

El sistema educativo tiene mecanismos aceitados para intervenir ante la detección de casos de acoso. Sin embargo, algunos expertos advierten que muchas veces a los propios docentes les cuesta detectar las situaciones de violencia entre los alumnos. Al respecto, Scheinin explica que, si se trata de un caso grave, la institución educativa comunica a la Dirección de Salud Educativa, que interviene de inmediato con un equipo interdisciplinario conformado por psicólogos, psicopedagogos y docentes que evalúan la situación. Se pone en marcha entonces un proceso de mediación entre los alumnos que intervinieron en el caso y luego se trabaja con todo el grupo.

Revela luego que son las propias instituciones las que llevan legajos que contienen el historial de este tipo de casos. “La escuela recibe informes de los avances y también funciona en la Dirección un consultorio de psicodiagnóstico, donde son citados los chicos con sus tutores”, señala la funcionaria.

Más adelante, asegura que todas estas medidas y acciones para mediar y resolver conflictos tienen resultados positivos y son efectivas, aunque se tornan más complicados de resolver los casos en que no hay apoyo familiar, cuando el niño está en una situación vulnerable. Por eso, en algunas situaciones se hacen derivaciones a asesorías del menor o a Desarrollo Social, ya que el niño se encuentra en un contexto de riesgo que excede el acoso escolar.

Redes sociales y TV

Para Scheinin “no es que hay más acoso escolar sino que en realidad tienen mucho que ver los medios de comunicación y las redes sociales”. Es que allí se transmite “el facilismo, el más lindo o la más linda que son sinónimos de éxito”.

“Es muy importante el rol de la familia pero, en el caso que esté ausente, la escuela hoy cumple un rol relevante. Por eso también trabajamos con talleres con los docentes para fortalecer sus funciones”, repasa.

Asimismo indica que se presentan también conflictos padres-docentes. “Hoy, a todos los adultos les cuesta mucho la convivencia. Hay muchos padres que no aceptan una calificación, hacen el reclamo al docente o directamente vienen a hacerlo acá. En esos casos se trabaja con la mediación”, afirma finalmente.

Maltrato psicológico, verbal o físico

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.

Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella.

El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico). Es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.

Prevención y promoción de la salud educativa

La Dirección de Salud Educativa del Ministerio de Educación de la provincia fue creada en abril de 2010 con dos funciones específicas: por un lado, la prevención y promoción de la salud educativa, área que está conformada por un equipo interdisciplinario que trabaja transversalmente con el sistema educativo (desde el nivel inicial hasta el superior); y por otro, el reconocimiento médico, dependencia que funciona desde octubre de 2010.

En la prevención de casos de violencia escolar o bullying se trabaja a través de talleres y charlas con toda la comunidad educativa (alumnos, docentes, directivos y padres). “Una vez que se interviene con una situación en la escuela, se trabaja de forma integral y gradual. Se realiza una evaluación para aplicar las estrategias ante la situación producida, que puede ser un caso de acoso escolar o de violencia entre padres y docentes”, explica la directora de Salud Educativa, María Gabriela Scheinin.

Fuente: D. Norte

Comentarios

  1. Soy auxiliar docente, me interesa el tema, y me gustaría conocer las estrategias para la detección y algunas formas de intervención; existe la posibilidad de capacitación desde el ministerio?

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  2. Las personas que estén interesadas en recibir capacitación sobre esta temática pueden dirigirse a la Dirección de Salud Educativa en el Ministerio de Educación, la misma se encuentra en Nave 3 y el teléfono es 4414950.

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