Alumnos del San Fernando Rey se solidarizan con el reclamo docente y piden mayor compromiso del Gobierno
A
través de sendas cartas manuscritas, un grupo de estudiantes del
Profesorado de Lengua y Literatura de ese Instituto de Nivel Terciario
dejaron sus impresiones sobre la realidad que padece el sector, y en
especial sobre la frágil situación que, sostienen, enfrenta la
institución.
“Podría comenzar hablando sobre el pésimo salario que un maestro percibe inalcanzable para llegar a fin de mes, un sueldo básico sumamente ínfimo si uno tiene en cuenta lo caro que están las cosas”, escribe Rodolfo Alejandro Mendoza, uno de los estudiantes que resolvió tomar parte en las reivindicaciones que sostienen los educadores. “El docente, en estos últimos tiempos, ha sido víctima de los funcionarios de turno, utilizado como rehén del Estado; ha sido denigrado por gran parte de la sociedad conformada y aburrida que utiliza a la escuela o institución como depósito para albergar a sus niños. La mayoría de las personas que se le dan de opinólogos, seres pedantescos que hablan por hablar, que hablan sin saber, sin fundamentos ni razones, que se irritan cuando un trabajador toma medidas de fuerza, como si esto acaso fuera algo inconstitucional, son también parte de este gobierno-espectáculo que no da el brazo a torcer por su patetismo y su enceguecido afán por llevarse toda la parte del león, cuando la hormiga es quien realmente hace el trabajo. Parafraseando a Cafrune: 'Unos trabajan de trueno y es para otros la llovida'. A ustedes, ¿cuánto les pagan por izar la bandera?”.
Por su parte, Victoria Alejandra Beatriz Díaz toma nota de que la actualidad del conflicto docente, para muchos ciudadanos representa un malestar. “Pero realmente quiero que piensen, que tengan en cuenta que los docentes tienen la gran mayoría una familia que sostener; ¿cómo creen que con un básico de $ 2.690 se puede vivir? Tengan en cuenta que hay que pagar los servicios, y el alimento, además de otras cosas. Piensen también que ninguna institución tiene una ayuda a nivel de condiciones habitacionales. Quizá esta carta no logre explayar todo el esfuerzo y dedicación que un docente le da a su trabajo, noches sin dormir, cansancio y hasta a veces los mismos sufren robos, todo por amor a su vocación. Sólo les pido a todos ustedes, ciudadanos de este bendito país, piensen en los docentes no como personas que no quieren trabajar, sino piensen que somos luchadores de nuestros derechos como cualquier trabajador”.
Néstor Barrios también se suma al reclamo por mejores condiciones laborales: “El Instituto San Fernando Rey no cuenta con la ayuda del Gobierno para tener un buen establecimiento. En la institución ya es normal no contar con los elementos necesarios de limpieza como por ejemplo escobillones, escurridores y más elementos de limpieza. Tampoco cuenta con material de trabajo como tizas, borradores, etc; tampoco con seguridad, como por ejemplo sereno para el cuidado de motos. Me gustaría que el Gobierno dé más importancia y solidaridad al instituto”.
Por último, Mabel Quintana escribe: “Estimado lector, me dirijo a usted con el propósito de compartirle mi inquietud y opinión sobre el paro docente acontecido últimamente. Lo inquietante para mí es, como estudiante de la carrera de lengua del Instituto San Fernando Rey de Resistencia, y preocupante también, que en un tiempo de tanto crecimiento tecnológico e informático, se abandone, “no descuide”, se abandone, las condiciones laborales en que nuestros docentes forman a las generaciones que van despertando, que van formando parte de esta sociedad que, debido a la indiferencia total de quienes hoy tienen el poder, se deteriora. ¿Qué opino de esto? Que como si fuera una muerte súbita, acortan el ciclo de vida de una educación favorable para los docentes y alumnos que la viven. Aquellos que hoy dirigen el destino de nuestro país, pongan especial atención a la educación y no ignoren la dignidad humana”.
“Podría comenzar hablando sobre el pésimo salario que un maestro percibe inalcanzable para llegar a fin de mes, un sueldo básico sumamente ínfimo si uno tiene en cuenta lo caro que están las cosas”, escribe Rodolfo Alejandro Mendoza, uno de los estudiantes que resolvió tomar parte en las reivindicaciones que sostienen los educadores. “El docente, en estos últimos tiempos, ha sido víctima de los funcionarios de turno, utilizado como rehén del Estado; ha sido denigrado por gran parte de la sociedad conformada y aburrida que utiliza a la escuela o institución como depósito para albergar a sus niños. La mayoría de las personas que se le dan de opinólogos, seres pedantescos que hablan por hablar, que hablan sin saber, sin fundamentos ni razones, que se irritan cuando un trabajador toma medidas de fuerza, como si esto acaso fuera algo inconstitucional, son también parte de este gobierno-espectáculo que no da el brazo a torcer por su patetismo y su enceguecido afán por llevarse toda la parte del león, cuando la hormiga es quien realmente hace el trabajo. Parafraseando a Cafrune: 'Unos trabajan de trueno y es para otros la llovida'. A ustedes, ¿cuánto les pagan por izar la bandera?”.
Por su parte, Victoria Alejandra Beatriz Díaz toma nota de que la actualidad del conflicto docente, para muchos ciudadanos representa un malestar. “Pero realmente quiero que piensen, que tengan en cuenta que los docentes tienen la gran mayoría una familia que sostener; ¿cómo creen que con un básico de $ 2.690 se puede vivir? Tengan en cuenta que hay que pagar los servicios, y el alimento, además de otras cosas. Piensen también que ninguna institución tiene una ayuda a nivel de condiciones habitacionales. Quizá esta carta no logre explayar todo el esfuerzo y dedicación que un docente le da a su trabajo, noches sin dormir, cansancio y hasta a veces los mismos sufren robos, todo por amor a su vocación. Sólo les pido a todos ustedes, ciudadanos de este bendito país, piensen en los docentes no como personas que no quieren trabajar, sino piensen que somos luchadores de nuestros derechos como cualquier trabajador”.
Néstor Barrios también se suma al reclamo por mejores condiciones laborales: “El Instituto San Fernando Rey no cuenta con la ayuda del Gobierno para tener un buen establecimiento. En la institución ya es normal no contar con los elementos necesarios de limpieza como por ejemplo escobillones, escurridores y más elementos de limpieza. Tampoco cuenta con material de trabajo como tizas, borradores, etc; tampoco con seguridad, como por ejemplo sereno para el cuidado de motos. Me gustaría que el Gobierno dé más importancia y solidaridad al instituto”.
Por último, Mabel Quintana escribe: “Estimado lector, me dirijo a usted con el propósito de compartirle mi inquietud y opinión sobre el paro docente acontecido últimamente. Lo inquietante para mí es, como estudiante de la carrera de lengua del Instituto San Fernando Rey de Resistencia, y preocupante también, que en un tiempo de tanto crecimiento tecnológico e informático, se abandone, “no descuide”, se abandone, las condiciones laborales en que nuestros docentes forman a las generaciones que van despertando, que van formando parte de esta sociedad que, debido a la indiferencia total de quienes hoy tienen el poder, se deteriora. ¿Qué opino de esto? Que como si fuera una muerte súbita, acortan el ciclo de vida de una educación favorable para los docentes y alumnos que la viven. Aquellos que hoy dirigen el destino de nuestro país, pongan especial atención a la educación y no ignoren la dignidad humana”.
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