Por: Juan Pablo Piscetta jpiscetta@infobae.com
Sin una referencia clara de cuánto pedir, numerosos gremios ya comenzaron con las negociaciones. Hay dispersión en los porcentajes acordados
El 2014 cerró con un escenario de relativa calma en el plano sindical. El Gobierno se anotó un punto a favor al lograr descomprimir la presión de la dirigencia con la exención de Ganancias del medio aguinaldo. Por primera vez en muchos años, no saltó la caldera en las fiestas, y lo que primó en diciembre y enero fue el diálogo y la negociación en el ámbito del Ministerio de Trabajo.
Fuente: Infobae
Sin una referencia clara de cuánto pedir, numerosos gremios ya comenzaron con las negociaciones. Hay dispersión en los porcentajes acordados
El 2014 cerró con un escenario de relativa calma en el plano sindical. El Gobierno se anotó un punto a favor al lograr descomprimir la presión de la dirigencia con la exención de Ganancias del medio aguinaldo. Por primera vez en muchos años, no saltó la caldera en las fiestas, y lo que primó en diciembre y enero fue el diálogo y la negociación en el ámbito del Ministerio de Trabajo.
En
este escenario, varios sindicatos ya sellaron acuerdos salariales para
2015, con negociaciones que se dieron en un marco de "piloto automático"
y paz social dominante. La primera paritaria anual firmada fue la de
los trabajadores de entidades deportivas, clubes de campo, mutuales, y
hoteles sindicales. El gremio que los aglutina, Utedyc, concretó un aumento del 30 por ciento,
a pagarse en tres cuotas: 15% en enero, 10% en julio, y 5% en abril.
Desde diciembre, también percibirán un adicional por año de antigüedad
del 2 por ciento, que se ajusta a la categoría de convenio.
La
optimista cifra marca una estrategia que podría ser imitada por los
gremios más cercanos a la Casa Rosada. Cuenta con la particularidad que
reproduce los incrementos promedio otorgados por las cámaras empresarias
en 2014, al no reparar la caída del poder adquisitivo de los
asalariados provocada por la inflación, que osciló en torno al 40 por
ciento.
En la vereda de enfrente, los empleados no docentes de universidades privadas acordaron una suba superior, del orden de 38 por ciento.
El primer tramo (30%) se abonará a partir de marzo, mientras que el
último será en agosto (8%). De esta manera, los trabajadores no docentes
de la última categoría percibirán un sueldo de $10.564, mientras que
uno de la primera será de 20.463 pesos.
El
convenio, que se concretó a horas del cambio del año calendario, afecta a
cerca de 15.000 personas y ha marcado en el pasado una referencia
salarial para los reclamos del sector de la educación. El número plantea
también las condiciones de posibilidad de lo que exigirán los gremios
más confrontativos con el Gobierno, que ya anticiparon pedidos de entre
el 40 y 50 por ciento.
Oxigenar las vacaciones
En
paralelo, los sindicatos de mayor peso con paritarias vencidas o a
caducar en marzo cerraron adelantos salariales como forma de "pasar el
verano". El caso más resonante fue el de los docentes de la provincia de
Buenos Aires, que firmaron con el gobierno de Daniel Scioli un incremento del 8,28% para enero y febrero.
Así, los maestros sin antigüedad pasarán a cobrar, de bolsillo, 5415
pesos, mientras que los iniciales pasarán a percibir de 2000 a 2700
pesos.
Desde el Frente Gremial Docente,
que integran Suteba, FEB, UDA, Sadop y Amet, aclararon que la suba es
un comienzo de las negociaciones del año, que continuarán el 28 de
enero. La única organización que participó de la paritaria y no firmó el
adelanto fue la moyanista Udocba. "Nos ofrecieron un aumento
insignificante, de alrededor de $400, con más sumas en negro", advirtió
el Secretario adjunto del gremio, Alejandro Salcedo, quien reclama una
recomposición de 9000 pesos. De una opinión similar son las seccionales
combativas del Suteba, que cuenta con delegados del Frente de
Izquierda y los Trabajadores. La lista Multicolor, opositora a la
conducción oficialista de Roberto Baradel, exige un incremento en el
salario inicial de 11000 y un básico de 7000 pesos.
A
diferencia del año pasado, el precandidato presidencial del Frente para
la Victoria convocó anticipadamente a las rondas salariales para evitar
el regreso de un eventual enfrentamiento con los maestros que conlleve
un costo político innecesario. En la última negociación paritaria, los
educadores pusieron contra las cuerdas a la gestión sciolista al
encabezar un paro histórico, que dejó como saldo 17 días sin clases en
la Provincia.
Con la Casa Rosada en la cabeza,
el mandatario bonaerense trazó el mismo camino para las conversaciones
con los diferentes actores sindicales de su administración. Los
estatales nucleados en ATE, UPCN y Fegeppba aceptaron el martes
pasado una suba del básico del 7 por ciento hasta marzo presentada por
la gobernación. La misma oferta fue elevada a los empleados judiciales y
de la salud, quienes la aceptarían la semana entrante.
Otro de los candidatos que busca escaparle al conflicto con empleados públicos fue Mauricio Macri.
El jefe de Gobierno porteño informó en diciembre a los 17 gremios
docentes que se les pagará en enero un 10 por ciento de incremento
salarial a cuenta. A diferencia de la Provincia de Buenos Aires, hay una
mayor disconformidad en los maestros porque la suba no se aplicaría, en
principio, al mes de febrero.
En el sector privado, el secretario general de los empleados metalúrgicos y titular de la CGT oficialista, Antonio Caló,
selló con el sector empresario una suma puente a cuenta de paritarias
de $2.000 pesos en dos cuotas, a pagarse el 5 de febrero y marzo.
"Es
un buen acuerdo. No es lo mejor, pero tampoco lo peor", admitió el jefe
de la UOM sobre el incremento rubricado con la Asociación de
Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra). Las
moderadas subas están en sintonía con el posibilismo que el gremialista
oficialista no se cansa en reconocer, luego de un año de economía en
recesión y en el que se perdieron más de 400.000 puestos de trabajo.
El primer capítulo de una paritaria "testigo" que recién empieza a descongelarse es la de los bancarios. Como en todos los años, el gremio de Sergio Palazzo buscará
acordar un adelanto a cuenta para el primer trimestre. "Estamos
empezando a discutir un adelanto de paritarias. Vamos a guiarnos por la inflación
real que no es la que marca el INDEC y el otro punto tiene que ver con
la implicancia del impuesto a las ganancias sobre los salarios", planteó
esta semana el titular de la Asociación Bancaria, aunque se atajó al
señalar que se trata de "una discusión compleja por la realidad del
país".
Sectores de la oposición a Palazzo
desconfían de las negociaciones que lleva adelante el secretario
general. Entre los cuestionamientos, le apuntan a la demora y ausencia
de las conversaciones con las cámaras empresarias en los primeros días
del año. Es que el convenio paritario de 2014 venció el 31 de diciembre y
todavía no hay novedades de incrementos en vista.
"El
silencio del sindicato preocupa a los compañeros, tristemente
acostumbrados a la metodología que año tras año nos mantiene al margen
de las discusiones y termina cerrando la paritaria anual con porcentajes
que conforman a todos, menos a los trabajadores", afirmó en un
comunicado la opositora Comisión Interna del Banco Provincia, que
responde a la agrupación Encuentro Bancario. "Insistimos en que no
deben definirse porcentajes, ni mucho menos cerrarse acuerdos, sin
previa consulta a los trabajadores", exhortaron a la conducción nacional
del gremio.
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